3 Claves Imprescindibles Para Mejorar La Oratoria
¿Cómo Mejorar Tu Oratoria? En este artículo te digo las tres claves imprescindibles para mejorar tu oratoria.
2016.
Un sueño hecho realidad.
Iba a participar en un musical: Company.
Mi personaje, Amy.
Una histérica que va a casarse con Paul.
No por amor.
No por convicción.
No por ganas.
Amy se casaba porque era lo que tenía que hacer.
Otro dia, si eso, hablamos de las presión social y el miedo al juicio.
El caso es que Amy, la mañana de la boda, despierta.
No se piensa casar.
Y lo canta en una canción frenética, con un fraseo casi imposible para una actriz de musical.
Y yo no soy una actriz de musical.
Quiero decir, me defiendo cantando, puedo hacerlo mejor que la mayoría de las actrices de texto, pero no soy actriz de musical.
Y me dan Amy.
Me chifla al reto.
Acepto el reto.
Me preparo el reto.
Lo defiendo como debe de defenderse a un personaje. Con la tripa.
Llega el estreno y…
Oh.
Oh, oh.
Oh, oh, oh.
La cago.
Me quedé en blanco.
En una canción con un ritmo frenético no hay tiempo de reacción.
Si se te olvida una palabra el resto cae con un estrepitoso efecto dominó.
Miré a David, mi compañero de escena, que me miraba atónito en calzoncillos.
Miré al público.
Miré a David.
Y entendí que esa escena dependía de mi.
El pianista tocaba en directo.
Lo miré.
Atravesé a zancadas el escenatio.
Arranqué el cable del piano del enchufe y le grité a Paul:
¡No me pienso casar!.
Fin de la escena.
No le he pasado peor en mi vida encima de un escenario.
Pero nadie se enteró de lo que había pasado de verdad.
El público pensó que era parte de la escena y aplaudió.
Al terminar bajé a camerinos, y lloré de vergüenza, de rabia conmigo, de cabreo con la directora por no decirme ni mu tras la función.
Y se lo reproché a Irene, la directora.
Me miró y con toda la calma del mundo me dijo:
“¿Qué quieres que te diga? Eres un animal de escenario.
He notado algo raro en la canción, pero la has salvado.
El público ni se ha enterado.
Una vez más, eres una actriz solvente.”
Y entonces lo entendí.
Entendí que arrancando el cable del enchufe, había salvado no sólo mi escena, sino la función.
Porque me quedé en blanco.
Pero tuve recursos y la confianza suficiente en mi instinto para aplicarlos.
Y salí victoriosa de ahí.
Esa capacidad sólo te la da tener muchas tablas.
Las tablas no son más que saber aplicar los recursos más adecuados ante cada situación, y para ello tienes que tener una mentalidad de tirar para delante pase lo que pasa.
The show must go on. Siempre.
A ver, pa’ el gallinero:
Si quieres mejorar tu oratoria, te hacen falta tres cosas:
1. Recursos.
2. Mentalidad The Show Must Go On.
3. Oportunidades de practicarlos.
Esa mentalidad y esos recursos los aprenden y practican mis alumnos.
Si te interesa, el primer paso es apuntarte a mi newsletter.
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Feliz día.
Silvia
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