Curso de oratoria sin postureos para hablar bien en público y dejar a tu audiencia con ganas de más.
Sólo un 1% de los oradores son capaces de dejar a su público con el culo pegado al asiento y con ganas de más.
¿Cómo lo hacen?
Si quieres saber qué hace ese 1%, en esta página te voy a enseñar cómo.
Pero antes, un par de cositas te voy a decir.
Ese 1% no es un grupo de extraterrestres tocados por una varita mágica.
En lo que a oratoria se refiere, no hay magia ni trucos ni dones divinos.
No saldrás de esta formación siendo Barack Obama. Hablar bien en público requiere tener tablas, y eso solo te lo puede dar el tiempo y la experiencia.
Esto nunca se acaba.
Y si alguien te dice lo contrario, te está contando una película macabea como un castillo de grande.
Sin más.
Yo te voy a ofrecer un método de oratoria sin postureos para que hables bien en público y dejes de aburrir a tu audiencia y que además disfrutes al hacerlo, probado con éxito cientos de veces. Ya te adelanto que ni soy yo ni son mis alumnos: es que la oratoria útil, sin parafernalias, funciona.
Simplemente, es así.
Si tus expectativas eran las de encontrar una pócima milagrosa o te supone un problema, deja de leer. Pero si lo que te interesa es aprender oratoria sin postureos y hablar bien en público, y tienes los pies en el suelo, déjame decirte algo:
No es por el miedo escénico que la mayoría de ponentes fracasan.
Antes de contarte qué es, déjame decirte un par de cosas…
Tengo una formación de oratoria, donde enseño todo lo que sé sobre técnica vocal, técnica corporal, el público y storytelling que he aprendido encima de un escenario desde que me subí a uno por primera vez en 1982. Nací en el 80, así que llevo toda la vida en esto. Experiencia, tengo un rato largo.
También enseño lo que sé de gestión emocional y mentalidad, tras 12 años como formadora de educación emocional.
Una puesta en escena es, tal cual, un proceso de desarrollo personal, y la comunicación es comunicación. Aplica a la ficción y a la no ficción.
Si te paras a pensarlo, no es tan distinto lo uno de lo otro.
Comunicar y vivir es lo mismo.
Y hay algo más que quiero que sepas:
La oratoria es muy sencilla.
Piensa en huevos, patatas, aceite y sal.
Ingredientes muy sencillos con los que puedes cocinar una tortilla de patatas espectacular, y puedes cocinar una tortilla de patatas incomestible. Con esos sencillos ingredientes cada quién hace una tortilla completamente diferente.
Pues con la oratoria lo mismo.
Hay oradores (pocos) muy buenos y otros (la mayoría) que aburren a los peces, pero eso no quiere decir que hablar en público sea complicado. Lo único que quiere decir es que la mayoría no sabe hacerlo bien. Porque las técnicas son sencillas, no se requiere experiencia previa y lo puede hacer cualquiera.
Más adelante te cuento los detalles. Lo más importante ahora no es eso.
La segunda cosa que quiero contarte es la historia de María:
María desde pequeña siempre había tenido miedo a hablar en público.
Una vez su profe de segundo de primaria la pilló hablando con su compañera de pupitre.
Y la sacó a la pizarra para preguntarle la lección que estaba explicando.
“La respiración se me paró”
”30 búhos mirándome”,
“Mi mente se quedó en blanco”
“Mi corazón empezó a galopar
“Escuché risitas de burla que retumbaban en las paredes del aula”
“Las lágrimas calientes resbalaron por mi cara encendida como una bombilla”
Y así, como en tantas otras Marías, y Pepes, Fernandos, el miedo escénico hizo aparición por primera vez en la mente de una niña de 7 años, y se le grabó a fuego.
Desde entonces, cada vez que le tocaba presentar un trabajo en clase, María se ponía tan nerviosa que su voz temblaba y apenas podía mirar a sus compañeros. Los de primaria primero, después, los de secundaria y los de la Universidad. Y así hasta llegar a sus clientes.
Este miedo fue un dardo envenenado en el centro de la diana de su confianza en sí misma y limitó sus oportunidades en el trabajo.
Y es que el miedo a hablar en público es como el chapapote del Prestige: si no lo tratamos cuando la grieta por la que se escapa es pequeña la raja se va haciendo cada vez más grande, hasta que se convierte en boquete, y el chapapote acaba pringándolo todo, desde los peces hasta las alas de las gaviotas. Vuelve una y otra vez, marea va marea viene, y cada vez el pesado y pegajoso nudo en el estómago se hace más fuerte.
Un día, el jefe de María le pidió que presentara un informe importante en una reunión con clientes. María sintió el chapapote. El pánico la invadía, su corazón galopaba de nuevo, escuchó las risas retumbando en el aula, pero decidió superar su miedo.
Y, como tantas otras Marías, y Pepes y Fernandos, buscó en Google:
Se fijó en los 2 primeros enlaces: uno de soluciones y otro de beneficios.
El primer enlace (soluciones) le mostró todas las opciones que tenía para superar este miedo:
– Contratar a un profesor de oratoria.
– Hacer cursos online para hablar bien en público.
– Asistir a clubs de oratoria.
Probó con uno de los cursos para hablar bien en público y aprendió a variar el tono de voz para transmitir emociones con sus palabras, o para llamar la atención.
También se apuntó a un club de oratoria para poder practicar y recibir comentarios sobre lo que hizo bien y lo que debía mejorar.
Y cayó en la cuenta. Porque siempre había creído que para ser una gran oradora había que nacer con un don. Pero no:
Hablar en público es una habilidad que se aprende.
Y que todos (incluso ella) podían aprender.
Tú también puedes.
El segundo enlace de Google hablaba de beneficios, de las cosas enormes que podría conseguir si finalmente consiguiera superar este miedo que le mordía.
Y es cierto, la oratoria te abre muchas puertas, muchas oportunidades de socializar y de crecer profesionalmente.
Y aumenta tu confianza,
y por tanto tu autoestima,
y te acabas ganando el respeto de la gente.
María comenzó a prepararse con semanas de anticipación: practicó su presentación frente al espejo, grabándose para analizar su lenguaje corporal y mejorar su entonación, impulsada por la crítica constructiva del profe del curso. Además, se unió a un grupo de oratoria donde conoció a otras personas que también luchaban con la ansiedad al hablar en público. Compartir sus experiencias y ver cómo otros superaban sus propios miedos le dio fuerza y motivación. Con cada clase, se sentía más cómoda y confiada. Y la grieta por la que salía el chapapote acabó por cerrarse, del todo y para siempre.
Finalmente, llegó el día de la presentación. María estaba nerviosa, pero también emocionada.
Al subir al escenario, recordó todo el trabajo que había hecho y se concentró en el mensaje que quería transmitir.
Sorprendentemente, a medida que hablaba, comenzó a sentirse más relajada.
El apoyo y la atención del público la animaron aún más.
Al finalizar la presentación, recibió aplausos sinceros y comentarios positivos.
«Has sido un soplo de aire fresco», le dijeron.
María no solo había superado su miedo, sino que también descubrió una nueva pasión por compartir ideas y conectar con otros a través de la palabra. Acabó disfrutando y haciendo disfrutar a su público.
Desde entonces, continuó practicando y buscando oportunidades para hablar en público, convirtiéndose en una comunicadora segura y efectiva.
Y esto, además del placentero subidón de autoestima y confianza en sí misma, le hizo destacar entre sus competidores.
Mira:
Siempre hay alternativas a ti o al producto o servicio que vendas. Cuando hay un “hueco” que ocupar y varios candidatos, debes diferenciarte y destacar por encima.
Esto es así:
Si tú no te diferencias, otro lo hará. Y te quedarás fuera.
A igualdad de condiciones, el que mejor comunica, gana.
Y ganar… mola mucho.
Así que déjate de pajas mentales, y aprende a hablar bien en público.
Y una vez lo hayas hecho, sigue aprendiendo y practicando.
Recuerda que el camino no se acaba, y que cada presentación es única.
Cuenta Jose María Pou, actorazo y comunicador como la copa de un pino, que el día en que empieza un rodaje, cuando el coche de producción va a su casa a recogerle para llevarle al estudio o a la localización que toque, en el coche siempre piensa lo mismo:
Hoy va a ser mi último día de trabajo. Lo voy a hacer, o sea, va a ocurrir algo que no les va a gustar y me van a despedir, me van a devolver a mi casa y es la única vez que voy a estar en este coche.
Y es que por muchos años que lleves, uno empieza con cada trabajo.
Y esa mentalidad de aprendiz constante, de dar su 100% en cada trabajo, de entrega absoluta al público, le ha llevado a estar donde está.
¿Qué quiero decirte con esto? Humildad.
Por bien que creas que lo hagas, el partido se juega hasta el final. Nunca, nunca, nunca puedes pensar que lo tienes todo bajo control porque entonces lo único seguro es que la vas a cagar.
¡Ah!, recuerda que al principio de esta página te decía:
Sólo un 1% de los oradores son capaces de dejar a su público con el culo pegado al asiento y con ganas de más.
Y luego dije:
No es el miedo escénico la razón principal
por la que los oradores fracasan.
El miedo escénico es una paja mental que se puede (y se debe) minimizar, aunque olvídate de eliminarlo del todo, porque en cierta medida y bien utilizado es necesario para estar despierto.
La razón principal por la que el 99% de oradores aburre a su público es porque lo que les cuentan no les interesa lo más mínimo.
Y no lo hacen porque el ponente no les está hablando a ellos, sino a su propio ombligo.
Grábate esto a fuego:
La razón de ser única y última de tu presentación es el público al que te diriges. El público es el fin, y tú, el medio.
¿O tu montarías una tienda de tablas de paddle surf en una estación de sky?
Sería absurdo, ¿verdad?
La gente que va a la nieve no lo hace con la intención de hacer paddle surf sino de esquiar, así que les ofrecerías lo que ellos necesitan.
Lo más determinante de un negocio es que haya personas hambrientas de aquello que ofreces, y para ello tienes que saber qué quieren.
Pues cuando hablas en público, lo mismo. Para captar su atención tienes que hablarles de lo que les interesa, no de tu ombligo.
Pues de esto, de cómo captar y mantener la atención del público, de cómo dejarles pegados en sus asientos y con ganas de más, entre otras muchas cosas, hablo en el módulo dedicado al mensaje.
¿Qué más encontrarás dentro de este curso?
Mira:
✔ Me he dado cuenta de que la gente cuando busca un profe de oratoria quiere saber:
– La dicción.
– La técnica
– La vocalización.
– Qué hacer con las manos.
– Cómo gestionar su miedo escénico.
Y todo eso, que es la parte técnica, está muy bien, y por supuesto, está incluida en el curso.
Es importante, no digo que no, pero no es suficiente. Y tampoco es lo primero.
Es como si a ti te ofrecen un caramelo y el envoltorio del caramelo es estupendo y maravilloso pero luego te comes el caramelo y está malo. Entonces el caramelo ya no es que ni fu ni fa, sino que te va a decepcionar porque ese envoltorio brillante te ha generado unas expectativas que luego el caramelo no cumple.
Si por el contrario el caramelo está rico entonces sí, ese envoltorio brillante, la técnica, acompaña y pone en valor al caramelo: tu discurso.Si la gente va a verte a ti como ponente es porque quieren verte a ti. Tú eres el elemento diferenciador. De lo contrario, repartiríamos fotocopias o mandaríamos tu powerpoint por correo electrónico, que sale infinitamente más barato.
Si eres tú quien habla en público, eres tú el elemento diferenciador y la gente quiere escucharte a ti. A ti.
Es por eso que otro de los focos de este curso está en la mentalidad, en que sepas qué es lo que te hace sentir pequeño para que puedas vencerlo y desde ahí mostrarte tú tal como tú eres. Tener la generosidad, la honestidad y el coraje de ser tú. De mostrarte tú. Disfrutando y haciendo disfrutar a tu audiencia como un ponente de carne y hueso y no como un ninot de falla de cartón piedra, o un presentador de la tele pasado de vueltas.
Al público hay que hablarle en humano y para eso tienes que mostrarte como el humano que ya eres.
Y desde ahí, ahora sí, toda la técnica va a estar a tu servicio, al de tu mensaje y al de tu público, y no al revés.
El camino inverso no funciona.
Esto no es ni bueno ni malo. Es así.
Si les hablas en humano, si tú te muestras tal cual, van a sentirse identificados contigo. Van a decir:
«¡Ah! Me entiende. Me identifico.»
Y desde ahí a os van a escuchar con atención a ti y tu mensaje. Les vais a interesar.
En este curso aprenderás cómo cambiar el chip y entienderás que tú como ponente eres la base de todo. Todo esto lo trabajamos en el módulo dedicado a la Actitud.
Además:
✔ Lo primero es saber qué vas a contar y cómo vas a contarlo.
Para impactar positivamente a tu audiencia tienen que escuchar tu mensaje, y para ello tienes que ponérselo fácil. Sabrás cómo hablarles claro y en su lenguaje, sin dejar de ser tú, con eficacia y eficiencia. Sabrás cómo ser ameno, entretenido y divertido para ser escuchado atentamente, dejándoles con el culo pegado al asiento. Sabrás cómo iniciar un discurso con soltura, como cerrar con broche de oro y como estructurar bien tu mensaje para que no te quedes en blanco y puedas fluir y ser natural, en lugar de parecer Robocop. Una exposición en público es algo vivo, porque en el directo siempre ocurren cosas. Y aprenderás a utilizarlas para que sumen.
También aprenderás a usar el Storytelling para contar historias que dejan huella, con las que te darán su atención y su tiempo. Lo más valioso que tienen.
✔ También te doy herramientas para que conozcas a tu público y así entender cómo funciona, qué cosas quieren y cuales necesitan. Aprenderás a «leerles» en directo, lo que te permitirá comunicarte e interactuar con ellos de verdad. Porque es bien distinto informar y comunicar. Y para lo primero ya están los medios de masas.
Aprenderás a usar el humor como recurso, y las técnicas mas efectivas para improvisar y mantener su atención.
Tu comunicación marcará un antes y un después en tu público, porque serás capaz de crear un imán con ella.
Sabrás cómo hacer del espacio en el que presentes un aliado, y junto al conocimiento del público, sentirás la certeza de que eres tú quien lidera la comunicación, en lugar de andar perdido como pollo sin cabeza.
✔ Sabrás cómo tener más presencia en el escenario, sintiéndote grande y haciendo que la gente sintonice con tu mensaje. Para sonar bien tienes que afinar tu instrumento (tu cuerpo y tu voz). Tendrás recursos vocales y corporales al servicio de tu mensaje, de tu público y de ti mismo. Serás capaz de improvisar con ellos.
– Respiración.
– Dicción.
– Vocalización.
– Articulación.
– Qué hacer con las manos.
– Dónde mirar.
– Cómo moverse en el escenario.
– Como utilizar tu movimiento, tu cuerpo, tu voz y tus silencios (los silencios son fundamentales) para enfatizar el mensaje, mantener la atención (o recuperarla si es que la han perdido), crear expectación…
✔ A hablar en bien en público se aprende… hablando en público. Sabrás cómo ensayar y practicar, y tendrás dos sesiones individuales conmigo para impulsar tu aprendizaje y afianzar las herramientas adquiridas.
Vamos terminando, precio y detalles del curso.
¿Cuánto vale la Formación?
450 euros (impuestos incluidos, precio final).
¿En qué formato se entrega?
Una vez realizada la compra, tendrás acceso instantáneo a una plataforma con el contenido. Son 5 pasos con 11 vídeos en total.
1. Mensaje.
2. Actitud.
3. Gestión del Público y del Espacio.
4. Oratoria.
5. Salir ahí fuera.
En ellos voy al grano. Máximo 20 minutos por vídeo. Como te dije, la oratoria es muy sencilla. No hay por qué complicarla.
Además, en cada vídeo tienes hojas de trabajo en PDF. Ya, ya, yo también odio recibir mil PDF para rellenar, pero contienen la mínima información posible. Ejercicios en PDF, pocos, pero que te ayudarán muchísimo. Yo que tú los haría, pero oye, tú mismo.
Me gustan las cosas simples.
Y ya está. Es contenido que va muy al grano, sin adornos. Directo. Sencillo. Efectivo, muy efectivo.
¡Ah! No. No está. También incluye dos sesiones de mentoria individual conmigo.
No es lo que cuentas, sino cómo lo cuentas.
Eres lo que comunicas. Si comunicas bien, te irá bien.
Curso de Oratoria sin postureos para hablar bien en público
y dejar a tu audiencia con ganas de más.
450 €
Incluye dos sesiones de Mentoria individual conmigo.
¿Y mis alumnos qué dicen?



No es lo que cuentas, sino cómo lo cuentas.
Eres lo que comunicas. Si comunicas bien, te irá bien.
Curso de Oratoria sin postureos para hablar bien en público
y dejar a tu audiencia con ganas de más.
450 €
Incluye dos sesiones de Mentoria individual conmigo
Sí, pero, ¿tú quién eres?
Silvia Valdés. Profesora de anti oratoria y alérgica a las presentaciones somnífero.
Enseño a mis alumnos a hablar en público, pero bien.
Sin postureos, sin trucos, sin parafernalias.
Lo hago porque me flipa hacerlo, me divierte y se me da bien.
Resumiendo:
Ayudo a mis alumnos a ser del 1% de ponentes que no aburre a los peces y gano dinero con ello.

COSAS QUE PODRÍAS PREGUNTARTE
¿Cuánto dura la formación?
Se adapta a tu ritmo. Tendrás acceso inmediato a la plataforma del curso con todos los contenidos tras realizar el pago, y durante un minimo de dos años.
Esto no es el colegio ni yo soy tu mamá. Quizá tú sólo dispongas de 2-3h a la semana y otro de 5h al día. Cada persona tiene sus circunstancias.
¿Es caro? ¿Es barato?
Pues depende. Sé que lo que vas a aprender vale el precio del curso y mucho más. Pero eso lo tienes que creer tú, porque yo lo tengo más que claro.
Lo de caro o barato es relativo. Un smartphone puede constarte entre 600 y 1200 euros, y te dura 3 años. Lo que aprendes en este curso te dura toda la vida (y además puedes ayudar a tus seres queridos con estas herramientas).
Por otro lado, no estás pagando por 5 módulos: estás pagando por toda mi experiencia acumulada desde 1982 y la de cerca de 1000 alumnos formados, de los cuales he aprendido muchísimo.
De todas formas, quedarte como estás es caro.
Si lo compras y no lo aprovechas, es carísimo.
Si lo compras y lo aprovechas, es muy probable que consigas tus metas (ganar un ascenso, vender más, relacionarte mejor y gustar, liderar a tu equipo, ganar unas elecciones…) y te sepa a gratis.
¿Es complicado para mí que no tengo ni idea de oratoria?
En absoluto. La oratoria no es complicada para nada.
Es más, muchos de los contenidos son «de sentido común», pero claro, eso lo verás a toro pasado.
Tras el curso (y dependiendo de tu implicación, claro está) tendrás un nivel medio alto. No serás Obama dentro de dos meses, pero desde luego hablarás bien en público.
¿Entonces, si es tan sencillo, porque la gente habla tan mal en público?
Primero, porque la oratoria es una de esas cosas imprescindibles para la vida que nadie nos enseña.
Deberían enseñarla en los colegios, pero no lo hacen. Y por simple que sea algo, se nos hace una montaña si nadie nos las enseña.
Además, los ponentes se empeñan en aprenderse de pe a pa el discurso, o no ensayan ni saben cómo ensayar. Y no tienen a nadie al lado que les corrija cuando se equivocan. Y no, no me sirve el «muy bien» de la gente que te quiere o el «muy mal» de la gente que no te quiere tanto. Muy mal o muy bien, en la práctica, no sirve de nada. Hablo de crítica constructiva que te hace aprender. La que te dice qué funciona (y por qué), qué no lo hace, y qué se puede mejorar.
¿Es difícil ir en bici?
En absoluto. Al principio te sientes torpe, incluso puede que te caigas alguna vez, pero una vez le coges el tranquillo no tiene secretos y además es un aprendizaje que dura toda la vida.
Pues con la oratoria, igual. Y cuanto más practiques, más tablas tendrás.
¿Incluye algún tipo de ayuda?
Sí.
El precio del curso incluye 2 sesiones conmigo, que tienes un año para realizar a contar desde la fecha de compra. Lo que sí te aconsejo es que, para aprovecharlas del todo, antes de reservar la primera sesión le hayas dado una vuelta a los contenidos de la formación. Dentro de la plataforma del curso tienes el link de reserva de sesiones.
¿Dónde y cuando son las sesiones?
Dentro de la plataforma del curso tienes el link de reserva de sesiones, en el que aparecen los dias y horas que tengo disponibles. Su duración es entorno a una hora, aunque las doy por finalizadas cuando veo que hemos trabajado bien lo que teníamos que trabajar, así que puede que se extiendan un poco más. Jamás trabajo cronómetro en mano. Eso sí: las dos sesiones son para aprovecharlas al 100%, por lo que antes de reservar la primera sesión te recomiento que le hayas dado una vuelta a los contenidos de la formación, para poder ir al grano.
Si reservas sesión y luego no acudes (salvo causa realmente justificada) perderás esa sesión.
Por lo general las sesiones serán en online, en plataforma Zoom o similar.
Y sí, es perfectamente viable el trabajo online. Si no, sencillamente no lo haría.
Si estás en Valencia, pueden ser presenciales, aunque en ese caso dispongo de menor disponibilidad.
¿Qué perfil de personas le sacarán mejor partido a la formación?
Esto es simple: cualquiera que necesite hablar en público.
Profesores, abogados, personal sanitario que haga congresos, opositores, empresarios, políticos, jefes de equipo… personas que se enfrenten a una entrevista de trabajo… o simplemente alguien que quiera dar un discurso memorable en un momento importante de su vida.
Todo el mundo, sin excepción, necesita mejorar su forma de comunicar
Para quiénes no lo recomiendo
Esto también es simple: para nadie que lo único que busque es una línea más en su CV, o que no vayan a hacerlo.
No necesito alumnos calentando silla, sin más.
Tampoco enseño ni a vendehúmos ni a personas que pretenden engañar, manipular o confundir gracias al aprendizaje que van a adquirir en mi formación. Y para mi es fundamental. La comunicación es muy poderosa. Si creo que vas a utilizarla de forma dañina te devolveré el dinero, te expulsaré de la plataforma y por supuesto, no tendrás acceso a las sesiones. Vale mucho más dormir tranquila por las noches que los 397 € de esa gente.
¿Qué formas de pago tengo?
Tarjeta de crédito o débito. Utilizo la pasarela de pago seguro de Stripe.
Estoy convencido/a, ¿cómo compro el curso?
Pulsa el botón naranja de abajo y tras el pago accederás de forma instantánea a la plataforma con todo el contenido.
Y recuerda: No es lo que cuentas, sino cómo lo cuentas.
Eres lo que comunicas. Si comunicas bien, te irá bien.
Curso de Oratoria sin postureos para hablar bien en público
y dejar a tu audiencia con ganas de más.
397 € (430 $)
Incluye dos sesiones de Mentoria individual conmigo