El Fisioterapeuta Mudo

Lo sé,

Lo sé.

De verdad que lo sé.

 

Sé que te da mucho miedo hablar en público y

Que te pones nervioso,

se te suena la voz así, como rara.

Como cuando antes te escuchabas (antes de que existiesen los audios de Whatsapp)

Y no reconocías tu propia voz.

 

Hablas demasiado rápido,

O demasiado lento,

mascando las palabras

y te sientes bastante ridículo.

 

Entonces, ¿qué haces?

Pues, oye, te sientes así chiquito,

Y un pringao.

¿Te metes debajo del atril?

¿Te vas al fondo de la pared esperando que nadie te vea?

 

Para evitarlo, te armas de valor y ensayas delante del espejo

(ser actor en el espejo es fácil)

o delante de tu prima

(que te da palmadas en la espalda, porque te quiere)

 

Y, claro. No pasa nada. De verdad.

 

Mira:

Decía mi profe de biología de COU

que lo importante es que hablen de ti aunque sea mal.

¿Tú quieres que pase eso?

¿Tú quieres que la gente vaya a escucharte y diga?

¡Ah, pobrecillo, qué fatal!

No, no quieres eso.

Quieres brillar con tu comunicación.

Y que pasen cosas.

 

La cuestión es que el miedo escénico te lo impide.

 

Una vez conocí a un fisioterapeuta que al tío lo ofrecían mogollón de ponencias y las rechazaba.

Ir a dar mogollón de ponencias hubiera supuesto un salto hacia adelante en su carrera profesional.

Él lo sabía.

Tú lo sabes.

Yo lo sé.

Esto es así.

Él lo sabía, y aún a sabiendas las rechazaba solo por no enfrentarse a ese momento de hablar en público.

Tal era su pavor.

 

Y entonces, ¿qué?

Pues no pasaba nada. De verdad.

 

Entonces:

Si quieres que pasen cosas…

Cosas como que te escuchen.

Cosas como elevar tu prestigio.

Cosas como ganar mucho dinero gracias a tu comunicación, porque tienes grandes ideas.

Yo sé que tienes grandes ideas.

La cuestión es que tienes que aprender a comunicarlas.

 

Porque si no, no pasa (ni pasará) nada.

 

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En el botón negro.

Feliz día.

 

Silvia

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Los 5 errores hablando en público (o como evitar la catarsis del tomatazo)