8 semanas PARA HABLAR EN PÚBLICO SIN MIEDO A CAGARLA

Y si la cagas, sal de ahí y mantén tu seguridad, improvisa, disfruta.

Sólo 4 plazas/mes disponibles en exclusiva para miembros del Club de Comunicadores.

Somos contadores de historias y eso es lo que haremos

Así arrancó Antonio Banderas en la gala de los Goya de 2021.

Somos lo que contamos. Lo que vivimos. Lo que nos habita en la tripa.

 

Mira:

 

Tienes una idea genial.

Tu producto es la leche.

Eres un jefe de equipo cojonudo.

 

Vale.

 

El tema está en que

tu idea genial,

tu producto de la leche,

o tu liderazgo cojonudo…

 

no existe para nadie si tú no lo sabes transmitir.

 

Es lo que hay.

 

Por eso necesitas comunicarlo, y hacerlo bien.

Impepinable. Vital. Urgente.

 

Escucha:

 

Comunicar es vivir.

Y sólo dejas de hacerlo cuando te mueres.

 

¿Estás vivo?

 

Sigo:

He tenido dos tipos de alumnos

  1. Los que quieren hacerlo. Y lo hacen. Con toda la generosidad, el coraje y la humildad que llevan dentro.
  2. Los divos. Son los que flotan por encima del bien y del mal. Esos no quieren.

No se atreven. Porque les falta el valor de rascar dentro de sí mismos.

Les falta verdad.

 

Verdad.

Eso es lo único que necesitas para comunicar bien.

 

Lo demás…

Los focos, el micro, la plantilla de tu presentación…

Sólo un envoltorio de caramelo. Si el caramelo está rico, el envoltorio le ayuda. Si está malo, no hay na que hacer.

 

Lo técnico es secundario. De teatro. Prescindible.

 

Pero escucha…

 

Que tengas las narices de despelotarte por dentro, sacar fuera tu verdad…

eso es imprescindible.

Tan fácil (y tan difícil) como esto.

 

Si estás dispuesto, si te arden las ganas, entonces sí.

Puedes quedarte.

 

Si no estás dispuesto, deja de leer, cierra la puerta al salir y déjales sitio a los que sí quieren hacerlo.

Tengo 4 plazas y son para alumnos del tipo 1.

Milagritos a Lourdes.

Ya me entiendes.

 

MIRA: TE MOSTRARÉ LA CAPACIDAD QUE TIENES.

Si te dejas en mis manos. Sólo en ese caso, te prometo que:

 

 Hablaras en público sin miedo a cagarla. Tendrás recursos para improvisar. The show must go on.

 

  Les hablarás claro y en su lenguaje, sin dejar de ser tú, con eficacia y eficiencia.

 

  Brillarás por tu naturalidad. Te entenderán. Confiarán en ti y en tu mensaje. 

 

  Serás escuchado atentamente porque serás ameno, entretenido y divertido.

 

  Sabrás cómo iniciar un discurso con soltura. Tendrás más control en tu vida y en tu trabajo.

 

  Entenderás cómo funciona el público.

 

  Usarás el humor como recurso, y podrás aplicarlo en tu día a día. Para vivir no del arte, sino con arte.

 

  Tu comunicación marcará un antes y un después en tu comunidad, porque serás capaz de crear magia con ella.

 

  Vivirás abierto al mundo, siendo auténtico.

 

  Sabrás contar historias que dejan huella. 

 

  Tendrás más presencia en el escenario, sintiéndote grande y haciendo que la gente sintonice con tu mensaje.

 

  Te darán su atención y su tiempo. Lo más valioso que tienen.

 

  Disfrutarás hablando en público y harás que disfruten los que te escuchan.

 

  Tus intervenciones en público jugarán en otra liga.

 

  Sabrás desenvolverte con soltura ante exposiciones y eventos públicos, online y offline.

 

  Amarás subirte a un escenario. Spoiler: crea adicción.

 

  Transmitirás a tu público. Serás capaz de moverles por dentro.

 

  Tendrás más don de gentes y facilidad de palabra, y sabrás cómo utilizarlos. Explotarás tu carisma.

 

  Llevarás a cabo el discurso extraordinario que te mereces.

 

  Harás discursos más emotivos y personales.

 

  Te superarás como persona y como profesional.

 

  Te mirarán, te admirarán y te aplaudirán por ello, logrando la conexión y el reconocimiento de tu audiencia.

 

Doy fe.

Pues va y resulta que no basta con que te los imagines en pelotas.

Hay mentores de oratoria que eso es lo que te dicen. ¿Mi opinión? Eso es una gilipollez.

 

Trucos como ese, o como dividir a la audiencia en tres partes para ir fijando la mirada en cada una de esas partes no te servirán para triunfar hablando en público.

 

Ni de coña.

 

Y te digo más:

 

No hay ni trucos ni talento innato ni pepinillos en vinagre que valgan para meterte al público en el bolsillo si no curras en ti.

 

Repito.

En ti.

Fin de la historia.

En ti.

De dentro pa fuera y no al revés.

 

Por eso mi trabajo es holístico. Porque sé que es lo que funciona. 

 

Funciona desde 1980.

Funciona desde mucho antes.

Imagina:

 

Obama.

Nelson Mandela.

Steve Jobs.

Martin Luther King.

Puto Hitler.

 

¿Qué tienen en común?

 

Fueron grandes líderes.

 

¿Y qué les hizo grandes líderes?

¿Sus ideas?

Nahhh. 

Mec.

Error.

 

Atiende:

 

Fueron grandes lideres por lo extraordinario de su comunicación.

 

¿Crees que lo lograban imaginándose a la audiencia en pelotas? 

Pos va ser que no.

 

Jamás me he imaginado a nadie del público en pelotas, y si lo hiciera, francamente, me entraría la risa (o el susto, no sé).

 

Un profe correcto te diría que:

Ojo el atril, que no se te note que lees la presentación, finge que no estás leyendo. Disimula.

 Los divides en 3 partes y te paras en los tres puntos relativos a cada una de las partes.

 

¡Buf!

 

Si no te haces la picha un lío (yo lo haría), te dará su OK si consigues leer la diapositiva de forma correcta.

Sin que se note.

Y pa rematar te dirá que coloques las manos así o asá o asú,

y que si te las metes en el bolsillo saques el pulgar.

 

Oh my God.

 

Y colofón final en una orgía de ponentes correctos:

Si tú te presentas como

Hola, soy Pepe. Estudié ingeniería naval. En mi empresa nos dedicamos a la inspección de buques mercantes extracomunitarios.

Tu profe correcto te dirá que (por supuesto) es correcto y que total es la presentación, que lo que importa es la chicha.

 

Mamma mía.

 

Yo te digo lo mismo: es correcto.

 

En mi lenguaje, correcto significa plano.

 

Uno más del montón.

Un perfil de Linkedin con patas cualquiera.

Aburrido.

 

Bueno, de hecho no te lo diría. Soltaría un

 

Pfff, grrrr, bah.

 

O similar. Ya me entiendes.

 

Correcto = Caca.

 

En mi escuela de Arte Dramático mi profe Vicente Genovés me dijo una vez que mi escena de Valle Inclán estaba correcta… y me cascó un cinco pelao.

 

 

Si te conformas con un cinco pelao, no soy tu chica. Búscate un profe más correcto que yo.

 

Yo te pediría más. 

Siempre pido más al alumno que sé que puede dar más. 

 

  • Te diría que te olvidaras de qué hacer con tus manos (si tú fluyes y el mensaje fluye tus manos fluyen, sin más). En realidad primero te diría que te las cortaras, pero te estaría vacilando.
  • Te diría que tu vida académica aburre a los peces, que no interesa y que lo de la primera impresión es lo que cuenta aplica (también) a tu mensaje.
  • Te diría que lo que tu público quiere de ti no es tu presentación sino a ti. 

 

Me da igual tu atril.

Me la pela tu PowerPoint.

Y me la repantufla cómo y dónde colocas tu pulgar.

 

Fuera todo lo que te aleja de ti y de tu público.

Es ruido.

Molesta.

 

Entonces contarías algo así como:

De pequeño me chiflaban los barcos. Viajaba con mi padre en ellos porque era médico y viajaba entre las islas y no nos daba el dinero para aviones.

Y un día de mierda, el día que mi padre murió, decidí dedicarle mi vida a los barcos, al mar.

Porque mi padre para mi es el mar y el mar huele como olía él.

Así que decidí estar todo el tiempo que pudiera en ellos y por eso me busqué una profesión que me tuviera cerca de los barcos y el mar.

Podría haberme hecho marinero, en fin.

Lo de inspeccionar buques me da más pasta. 

Y eso me interesaría porque eso me habla de ti.

 

Eso te hace de carne y hueso. 

Eso hace que te crea de verdad, y tu público también.

¿Lo ves?

 

De mí te puedo contar que soy un poco cabrona.

Se me da bien pinchar, la verdad. Y alguna vez me he pasado de toca pelotas con lo de pedir más de un 5 pelao a quien no estaba dispuesto a dar más.

Si tú sí lo estás, bien. Si no, te pasaré el número de algún profe correcto. 

 

En fin.

 

Si puedes perdonarme mi vehemencia, habrá un antes y un después en tu comunicación.

 

Es más: habrá un antes y un después en tu vida.

Porque comunicar y vivir son lo mismo.

 

Igual te suena soberbio y puede que un poco sí, no sé.

Lo que sé es que amo mi trabajo.

Que me lo paso pipa.

También sé que no me ando por las ramas.

Con pasión. Y trato de disfrutar todo aquello que hago.

Eso les gusta de mi a mis alumnos. Porque disfrutan conmigo.

 

Sólo si eres de los que quieren aprender de verdad.

Si eres generoso, honesto y tienes coraje. 

Si además quieres transformar tu comunicación…

La puerta es el botón naranja. 

 

Feliz día 

 

P.D.: Botón naranja

Mentora Silvia Valdés

 

 

Subida a un escenario desde 1982.

Formando en técnica vocal, corporal y teatro desde 1998.

Dando clases de oratoria desde 2018.

Más de 1000 alumnos formados.

 

Contenidos del programa

MENSAJE

1. Cómo lo dices cuenta. Construye un mensaje brillante.

2. Utiliza una Estructura ganadora.

3. El arte de contar historias.

ACTITUD

4. Tu mentalidad.

5. Sé auténtico.

GESTIÓN DEL PÚBLICO Y DEL ESPACIO

6. Presencia escénica y movimiento.

7. Tu audiencia.

8. Monta un show, disfruta y haz disfrutar.

9. Dale un final apoteósico.

ORATORIA

10. Tu voz.

11. Tu cuerpo.

SALIR AHÍ FUERA

Ejercicios prácticos para que salgas ahí fuera.

Porque a hablar en público se aprende hablando en público.

COSAS QUE PODRÍAS PREGUNTARTE

¿Cual es el formato del programa?

Se trata de un programa de 8 semanas de duración práctico en un 100%, que se compone de 8 sesiones individuales con Silvia Valdés y sus grabaciones.

Además, durante las 8 semanas posteriores a su compra podrás contactar conmigo para la resolución de dudas entre sesión y sesión. Trataré de responderte lo antes posible, lo cual no significa que mi respuesta sea inmediata.

¿Qué necesito?
  1. Ser miembro del Club de Comunicadores.
  2. Un mensaje sobre el que trabajar. Si lo expones en una fecha concreta mejor, pero no es imprescindible.
  3. Mentalidad de aprendiz: si ya lo sabes todo, no tengo nada que aportarte.
  4. Acceso a internet y un ordenador.
  5. Una hora a la semana para nuestra sesión y otra hora de trabajo individual tuyo para implementar.
Periodicidad entre sesiones y asistencia a las mismas.

Lo ideal es que te marques un ritmo de trabajo (ejemplo: sesiones los miércoles a las 11). Si no es posible de ninguna de las maneras, el tiempo entre sesiones no podrá superar los 10 días. No tiene sentido que perdamos media sesión cada vez para recuperar la dinámica. Si no tienes esta disponibilidad, no te apuntes ahora, y hazlo cuando sí la tengas. En ningún caso el programa podrá extenderse más de 3 meses desde la fecha de compra. Si esto sucede, perderás el derecho a las sesiones pendientes, y no supondrá la devolución total/parcial del dinero invertido, salvo casos de fuerza mayor.

Por otro lado, una vez reservada la sesión, no podrás cancelarla con menos de 24 h de antelación. Si lo haces sin causa justificada (de verdad) esa sesión contará como realizada

Por mi parte lo mismo: me comprometo a regalarte una sesión extra si por algún motivo he de cancelar una sesión con menos de 24 h de antelación.

Proceso de compra

Una vez des a click al botón de comprar te llevará a una página de pago de Stripe en la que rellenar tus datos. También podrás pagarme mediante transferencia bancaria. Para ello, contacta conmigo en silvia@silviavaldes.com.

Una vez haya recibido el pago (o el justificante de transferencia) te enviaré el enlace en el que podrás reservar nuestra primera sesión.

Tengo dudas

Escribeme a silvia@silviavaldes.com y te responderé en cuanto pueda.

¿Es una buena inversión?

Sí.

Testimonios DE ALUMNOS

Siempre había tenido muchos problemas y miedos tanto para hacer presentaciones como para hablar en público. Tenía unos nervios excesivos y un pánico escénico que me impedían poder tener una buena comunicación en público. Silvia me ha ayudado a controlar esos nervios y transformarlos en nervios positivos. Me ha ayudado a controlar la respiración, la postura y muchos otros aspectos que han hecho que ahora esté mas seguro a la hora de hacer presentaciones. El cambio más importante que he tenido tras trabajar con Silvia ha sido la seguridad. De tener miedo a dar una charla o exponer un trabajo a querer dar una charla y querer exponer un trabajo. Te ayuda a ver las cosas de distinta manera, a ser uno mismo y a no cohibirte. Los beneficios son muchos, diría que incontables. Desde mejorar la respiración, la voz, la postura, la seguridad a tener trucos por si hay cualquier imprevisto en una entrevista o en una presentación. Todos hemos tenido nervios alguna vez al hablar en público y es normal, pero Silvia te ayuda a controlar esos nervios y a ser uno mismo. Ahora me siento más liberado. El mejorar en todos los problemas que tenía a la hora de exponer y además, tener trucos para solucionarlos en el caso de que suceda cualquier imprevisto, no tiene precio. Silvia es una mentora que a parte de enseñar y ayudar, se preocupa por ti, haciendo las clases más cercanas y amenas.

Jaime Alsina

Silvia transmite toda esa energía,pero a la vez tranquilidad que se necesita para hablar en público. Al principio,cuando tenía que hablar,sentía como si nadie me fuese a prestar atención. Ahora,esa inseguridad ha desaparecido y veo la reacción en mis oyentes. Através de sus clases,Silvia sabe dotarnos de seguridad,atención y confianza en nosotros mismos. Sus clases son divertidas,provechosas y llenas de vitalidad.

Mari Carmen Solá

Silvia, es una gran profesional, antes de conocerla me aterraba hablar en público y fue un antes y un después, me ayudó a tener confianza en mi, a confiar en lo que quería comunicar, los beneficios de sus clases han sido espectaculares, ahora puedo permitirme brillar, lo que mas me ha gustado de sus clases es la parte en la que aprendo jugando, es divertida, directiva, asertiva, intuitiva y una gran Mujer, súper recomendable

M. Ángeles Soriano

Antes de recibir las clases de Silvia me sentía pequeña e insegura al hablar en público ahora me siento empoderada . Lo mejor es que es energética y dinámica, te motiva para seguir adelante y ampliar fronteras.

Almudena Fernández

Silvia es una profesora muy competente , seria en su trabajo ,exigente con nosotros y consigue que nos deshinibamos y que demos lo mejor de nosotros mismos. Cuando llegué me costaba hablar en público, me ponía nervioso sentirme observado por el grupo al que me dirigiera y gracias a Silvia y a mi esfuerzo creo que lo he superado. Me siento con mucha más confianza.

Jose Asensio

Antes, cuando tenía que hablar en público, me sentía muy nerviosa y bloqueada y además era consciente de que eso lo transmitía. Con las clases de Sylvia he aprendido a controlarme. Noto más seguridad en mí misma y he conseguido fluidez y como que comunico más. No se puede explicar, hay que probarlo

Mercedes González

Antes de las clases con Silvia cuando tenía que hablar en público me sentía muy nerviosa, temblaba, llegaba a no poder dormir y lo pasaba muy mal incluso físicamente. Ahora cuando tengo que hablar en público tengo mucha confianza en mí, seguridad y una autoestima muy alta. Los beneficios de sus clases son tanto a nivel personal como profesional, te acompaña a conocerte y a quererte más, y sobre todo a no juzgarte y aceptarte tal y como eres, eso es la base para aumentar tu seguridad ante cualquier situación. Lo que más me gusta de las clases con Silvia es que tiene una gama enorme de recursos de adaptados para cada persona, son clases son coherentes gozan de una gran elocuencia, dinámicas y no olvida el humor.

Rocío Gil

Antes de asistir a las clases de Silvia siempre estaba nerviosa e inquieta cuando tenía que hablar ante un grupo de personas.Tras asistir a sus clases cuando hablo en público me encuentro tranquila y con confianza.Sus clases son divertidas y sobretodo te vas soltando y hablando con naturalidad como si fuera algo innato en una misma. Y te das cuenta de que la vergüenza e inquietud del principio ha desaparecido. Sin duda se la recomiendo a todo el mundo tanto si tiene miedo a hablar en público como si quiere perfeccionar sus métodos de comunicación. Una gran profesora y buena comunicadora.

Eva Orero

No es lo que cuentas, sino cómo lo cuentas.

El reconocimiento de tu público cuesta

 

797 €.

Sólo 4 plazas/mes disponibles en exclusiva para miembros del Club de Comunicadores.