Sé un ponente más seguro y convincente.

Programa de mentoria para hablar bien en público y aumentar un 50% tu valor profesional

 Lo que te voy a contar a continuación sobre Barack Obama, será algo en lo que no dejarás de pensar los próximos días y que, probablemente, cambie la idea de tu comunicación y la trasforme en algo mucho más excitante y rentable.
Es una historia fabulosa y breve con grandes aprendizajes que vamos a ver aquí y ahora.

Y es que Barack Obama ha tenido que enfrentar su miedo escénico a lo largo de su carrera, y aunque no hay un día D que marque cuando lo superó, hay algunos hitos concretos que miden su evolución como orador y su capacidad para manejar la ansiedad en el escenario.

Nueva York, 1979- 1983

El joven Obama, estudiante de Ciencia Política en la Universidad de Columbia, sabía que, pese a su miedo escénico, necesitaba desarrollar su habilidad como orador.

Se lió la manta a la cabeza y participó en debates que le ayudaron a perfeccionar su habilidad para transmitir ideas de manera efectiva.

Empezó a encontrar su voz y su estilo.

En 1985 se trasladó a Chicago. Allí, como organizador comunitario, tuvo que hablar ante grupos diversos y defender causas importantes. Entendió cómo conectar con las personas y adaptar su mensaje según el público.

El plan estaba en marcha.

En 1988 se matriculó en la facultad de Derecho de Harvard, y se tiró a la piscina todo lo que pudo hablando en público.

Obama debatió y presentó argumentos legales, lo que aumentó de 0 a 100 su capacidad para articular pensamientos complejos y persuadir a otros. Ser presidente de la Harvard Law Review fue el trampolín para practicar discursos ante un público académico.

Se las veía de todos los colores.

En 1996, y tras haber ejercido la abogacía durante algunos años, Barack Obama fue elegido senador estatal en Illinois, y tuvo muchas oportunidades para hablar en público:
Reuniones comunitarias, debates o eventos políticos.
No importaba.
Allá que iba él.
Cada discurso era un paso más que le permitía pulir su estilo y ganar confianza.
Todos estos años habiéndose formado en oratoria, aprendiendo a conectar con el público, fueron la semilla que brotó en 2004, en la Convención Nacional Demócrata.
Este evento fue un antes y un después para Obama.
Fue elegido para dar un discurso clave durante la convención.
Presentó una visión unificadora sobre Estados Unidos que resonó alto y claro con el público.
Su discurso lo catapultó a la fama nacional y le abrió las puertas para una futura campaña presidencial.
Contaba historias personales, fue auténtico y vulnerable.
Hablaba en humano.
Entendía y se hacía entender.
Su marca personal era arrolladora.
Se salió de la ecuación. Se veía a sí mismo como un canal.
Entendió que el foco no estaba en él como ponente, sino en el mensaje.
Y en el público.
Y el público, claro, en el bolsillo.
Además de sus experiencias prácticas, Obama estudió a fondo discursos de grandes oradores históricos, lo que le ayudó a entender qué hace que un discurso sea poderoso y memorable.
A lo largo de estos años, Barack Obama no solo se formó como un orador excepcional, sino que también desarrolló un enfoque único que combinaba cerebro y corazón, lo que le permitió resonar con una amplia audiencia.
Porque estuviera el público de acuerdo ( o no) con lo que decía, le creían.
Y además, usaba a menudo una herramienta tan (pero TAN) relevante, tan carismática, como el humor.
Obama fue capaz de ganarse la confianza de casi 70 millones de habitantes, que se dice pronto.
De crear un fenómeno fan.
Tanto, que aquel poco probable candidato negro, en 2009, se convirtío en el primer presidente afroamericano de EEUU.
Y lo hizo gracias a su genial comunicación.

Dicho esto, cualquiera que convierta al fiero león del miedo escénico en gatito y sepa cómo conectar con su audiencia y estructurar su mensaje de forma efectiva, aumentará en un 50% su valor profesional.

Cualquier profesional que utilice la comunicación como herramienta de trabajo puede (y debe) aprender oratoria.

Y en estos años que vienen, más que nunca.

Es la habilidad más necesaria de nuestro tiempo al alcance de una empresa millonaria o de una veinteañera desde una habitación en casa de sus padres.

Da igual que los negocios sean físicos, online, de un solo servicio, de lo que quieras. Te puedo poner tantos ejemplos que nos aburríamos aquí.

Abogados, jefes de equipo, sanitarios, comerciales, empresarios, profesores.

Formarse en oratoria es, probablemente, la forma más inteligente, beneficiosa y exponencial de crecer, con las ventajas de proyección que pueda dar a todo profesional.

Y te aseguro de lo que estoy hablando.

Sé muy bien qué funciona con el público y qué no lo hace, con una oratoria sencilla y potente.

Llevo subida a un escenario antes de tener uso de razón. Mi primera vez fue a los 2 años, en 1983. Desde entonces, he sido actriz en infinidad de funciones, con directores reconocidos en todo el territorio nacional e internacional.

He hecho un poco de todo: Autores clásicos, contemporáneos, musicales. Drama, comedia. También he escrito textos, dirigido y producido funciones.

A los 17, empecé a dar clases de teatro.

En 2017 junté lo que se de técnica teatral, corporal, vocal y emocional y mi propia experiencia y comencé a dar clases de oratoria.

 

Llevo cerca de 1000 alumnos formados, y he visto su inmensa transformación como personas en cuanto a autoestima y confianza en sí mismos y su crecimiento profesional en cuanto a los resultados obtenidos hablando bien en público.

 

Y con 1000 alumnos y más de 40 años encima de un escenario, me he encontrado de todo y me las he visto de todos los colores.

Es por eso que he creado una Mentoria altamente efectiva, práctica y muy útil tras la que hablarás muy bien en público y aumentarás en un 50% tu valor profesional.

Porque eres lo que comunicas.

Este programa es del más alto nivel al respecto.

Te cuento lo que vas a aprender, entre otras cosas, para que lo mires con calma.

El error más común y que lo lastra todo (incluso lo comenta gente muy conocida) a la hora de hablar en público. 

Cómo debes colocar tu cuerpo para hacer tu comunicación realmente efectiva. Esta información te podrá ahorrar tiempo y quebraderos de cabeza. 

Qué hacer con tus manos y con tu mirada. Varios ejemplos al respecto.

Qué hacer (y qué no hacer) si crees que eres un zote hablando en público.

Qué hacer si te has quedado en blanco alguna vez… y qué hacer para volcar esa situación, con una idea totalmente contraintuitiva. 

La principal razón por la que fracasan casi todos los comunicadores. (Visto y solucionado desde dentro muchas veces). 

Lograr que te escuchen con atención, en lugar de que se bañan al baño a hacer pipí, finjan que te escuchan mirando el techo, les entre un ataque de tos o escriban en todos sus grupos de WhatsApp.

Qué hacer si a alguien le suena el móvil y atienden la llamada. Sí. Pasa.

¿Vas a utilizar el PowerPoint? En ese caso, jamás cometas este error. 

¿Y si se bloquea la presentación y no funciona el pasador de diapositivas? ¿O se va la luz?. No, no vas a necesitar que te trague la tierra. De hecho, ni siquiera lo vas a desear.

Improvisar frente a preguntas cabronas y moverte por el escenario como Pedro por su casa.

Lo que jamás debes hacer para captar la atención de tu público nada más inicies tu discurso. Siento decirte que, posiblemente, lo estés haciendo o lo pienses hacer en tu próximo discurso. 

“Truco” para que se te entienda a la perfección. Aplica esto y vas a entender por qué algunas personas parece que te estén hablando en arameo, aunque compartáis el mismo idioma.

Diferentes formas de empezar y acabar tu discurso, en las que, probablemente, nunca hayas pensado. 

Esto es lo que vas a conseguir:

Un método directo al grano para hablar muy bien en público seas un profesional del sector que sea, tengas el negocio que tengas. Los pasos que no pueden faltar. NUNCA. 

Retener la atención de tu público al igual que otros grandes comunicadores como Antonio Banderas, Nelson Mandela u Obama. 

Una mentalidad de la leche. Aplica a hablar en público, y a todo lo demás.

Utilizar tu cuerpo y tu voz para proyectar autoridad y ganarte la confianza de tu público.

Qué puedes aprender de Nicole Kidman que hará que tu comunicación multiplique su efectividad. 

Algo que la gente incapaz de exponerse en público (y hacerlo bien) critica mucho, pero que no deberías dejar de hacer cuando hablas en público. 

La mejor forma de retención de atención que conozco para hablar en público. Y otras cuantas que casi nadie aplica y que son adictivas. 

La forma en la que nunca deberías exponer tu mensaje y que veo una y otra vez haciendo imposible la conexión con tu audiencia. 

Ejemplo real del error de enamorase de una idea a la hora de exponer tu mensaje. 

Cómo integrar, en tu propio discurso, el humor como herramienta poderosa. Siguiendo el ejemplo de un muy conocido orador.

Una forma infalible de estructurar tu mensaje dejando a tu público con la boca abierta, en la que nunca has pensado. 

La excéntrica idea de Steve Jobs que podrías aplicar de mil formas diferentes para hacer llegar tu mensaje de forma clara y potente. Una genialidad, ya te lo digo. 

Una modo asombroso, utilizada por Emma Stone, para convertir su miedo escénico en un motor.

Una genial forma de contar historias, y por qué debes utilizarla para dejar flipada a tu audiencia. Si te digo que es oro, me quedo corta. 

 Atención: Hay algo que no te esperas.

El programa de mentoria consiste en 6 sesiones individuales. Todas ellas serán grabadas y podrás disponer de las grabaciones siempre que quieres.

Esto es de altísimo valor.

Se trata de que aprendas a auto observarte de forma útil y seas capaz de preparar tus discursos de forma autónoma una vez termines el programa de mentoria.

 Preguntas que cambiaron el mundo civilizado. 

¿Qué incluye? 

Casi todo. Me refiero a que a lo largo de 6 sesiones individuales vas a aprender todo sobre la verdadera comunicación en público y los fallos que no deberás cometer nunca y que son muy habituales.

E ideas e inspiración a raudales para que apliques de la mejor forma para ti.

Además de eso, las sesiones serán grabadas y aprenderás por ti mismo a preparar tus discursos de la forma más efectiva.

Si no lo haces… bueno, tienes que hacerlo. 

¿Cómo son las sesiones? 

On line, de aproximadamente 1 hora de duración. En la llamada para ver si voy a trabajar contigo te explico los detalles.

¿Me sirve la Mentoria si ya tengo una base de oratoria? ¿Y si no tengo ni idea? 

Sí, en ambos casos.

Si ya tienes una base de oratoria, te sirve.

Si no tienes ni idea, te sirve.

Si hablas en público de forma presencial, te sirve.

Si lo haces por videollamada, también te sirve.

Si grabas vídeos, también te sirve.

 

¿Me sirve la Mentoria si ya he hecho tu curso de oratoria base de oratoria? 

Te sirve más todavía.

 

¿Cuanto dura el programa? 

Mes y medio aproximadamente. 

¿Cuándo podré disfrutar de toda esta formación y conocimiento? 

En cuanto recibo el pago. 

¿Qué precio tiene? 

997 €, impuestos incluidos. En Septiembre de 2025 subirá de precio.

¿Cuantas plazas hay?

No admito más de 4 alumnos de mentoria a la vez. Abro la agenda cuando se libera alguna plaza.

¿Puedo apuntarme más adelante?

Si la agenda está cerrada porque se han ocupado las 4 plazas, tendrás que apuntarte a la lista de espera.

 

Si te interesa, es aquí.

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997 € 

En Septiembre de 2025 sube de precio.

Incluye todo lo que necesitas saber para

presentar tu mensaje con fuerza. Autoridad. Carisma.

Para ganarte el reconocimiento del público.

PD: ¿Y si es verdad que cualquier profesional puede aumentar su valor aplicando la oratoria que funciona (lo verás dentro) y eso realmente marque la diferencia?

¿Y si es verdad que no hay nada más efectivo para ti como orador?

¿Dejarás pasar seis meses? ¿Un año?

¿Vas a dejar que los demás creen sus comunidades, sus mensajes, se hagan fuertes y rentabilicen sus negocios mientras tú esperas otra gran oportunidad?

Esta es la gran oportunidad de nuestro tiempo. 

Esta mentoria tiene TODO lo que necesitas para hablar bien en público te dediques a lo que te dediques.

Todo lo que hacer, todo lo que no hacer, todo tipo de ideas, todo tipo de ángulos.

En definitiva, ¿y si saber contar (BIEN) tu mensaje, cambia tu negocio o tu carrera profesional?