Una Función Con Ritmo Francés Y Una Actriz Chillona Sin Director.
Una vez hacía frío.
Era una tarde de invierno y fui con una compañera de arte dramático, Paula.
La cuestión es que Paula y yo no nos llevábamos demasiado bien, no teníamos demasiado criterio parecido.
Fuimos al teatro, al Principal.
Hacían una función de cuyo nombre no me acuerdo, si te soy sincera.
No me acuerdo.
Pasó por mi vida sin pena ni gloria. Sin más.
Lo que sí recuerdo es que el ritmo era lento.
Sí recuerdo que era una función que aburría a los peces, de estas densas.
Vamos, como el cine francés.
Bueno, sigo.
La cuestión es que en aquella función densa, pesada, oscura, tenebrosa, de repente se oyó un grito.
Una actriz de las que tenía un papel relevante, aunque ya te digo que no me acuerdo ni de la actriz, ni de la función, ni del personaje.
Lo de relevante lo digo por la cantidad de tiempo que Paula y yo tuvimos que soportar los gritos.
No me acuerdo absolutamente de nada.
O sí.
Me acuerdo que me estaba aburriendo como un pez, a punto de levantarme y marcharme, cuando de repente escuché un grito.
Un grito, pero no un grito con intención de ser grito.
Un grito porque la actriz hablaba a gritos.
Coño, qué susto.
No hacía más que ruido, literal.
La pregunta es, ¿nadie podría haberle dicho a esta chica o esta señora, que no me acuerdo, que no se grita?
¿Nadie?
O sea, ¿un compañero? ¿el director? ¿alguien? ¿nadie?
¿No podría haberle dicho a esta mujer que no se grita?
Igual no había dirección (útil).
Por favor.
No se grita.
Molesta.
Esto hace ruido.
El ruido hace pupa.
Entonces, ¿por qué te cuento esto?
Pues porque si haces pupa con tu presentación, y además aburres, te van a recordar como el ponente mosca, y pa más inri puede que te comparen con una peli francesa con un plus de lentituuuuuudddddd, que ya es decir.
Vaya. Que necesitas directora (útil) que te diga que no se grita (por ejemplo).
Por que si no, no van a recordar tu mensaje, no van a recordarte a ti, no van a recordar nada. Sólo van a recordar la sensación desagradable que se les quedó en el cuerpo.
¿Y quién es esa directora útil?
La que escribe cada día en su newsletter. Te apuntas en el botón negro.
Feliz día.
Silvia
Suscríbete y recibe el
El Ebook de 20 páginas
Los 5 errores hablando en público (o como evitar la catarsis del tomatazo)