Hablar En Público Es Una Carrera De Fondo.

 

Hablar En Público Es Una Carrera De Fondo. En este artículo te cuento por qué importa mucho más la perseverancia que el talento innato.

 

Cuando “decidí” estudiar Arte Dramático en mi familia fue un jarro de agua fría.

Digo lo de decidí entre comillas porque en realidad no fue una elección.

Sencillamente, no podía hacer otra cosa.

No podía no intentarlo. Otro día hablamos más sobre esto.

Aunque te hago spoiler y te diré que se trata de perderle el miedo al miedo. 

 

Sigo.

 

El caso es que en mi familia todos son funcionarios.

 

Todos necesitan sentirse tan seguros que no son capaces de

imaginar una profesión tan inestable como la de actriz.

 

Mi madre se negó a pagarme los estudios.

 

Mi tia me enviaba convocatorias de oposiciones por correo electrónico.

 

No te voy a engañar:

yo misma he deseado sentir esa necesidad de seguridad

cada vez que faltaban 5 minutos para que comenzara una función.

 

“¿Por qué coño no seré feliz siendo oficinista, sin demasiada responsabilidad?”

“¿Por qué para mi no es suficiente la idea de una nómina fija al mes?”

 

Y esta pregunta es recurrente en muchos de mis compañeros.

 

El caso es que a mi el instinto me ha llevado siempre a querer ser feliz.

 

Y sabía (y sé) que no lo sería por cuenta ajena y en horario de oficina,

delante de una pantalla de ordenador.

 

Y me juego la mano a que tú,

que estás emprendiendo o te aventuras a liderar un equipo, tampoco.

 

Si me lees, intuyo, es porque quieres crecer más allá

de lo que una nómina fija te permite.

 

Ya me entiendes.

 

A mi la tripa me decía que tenía talento.

 

Hoy, menos osada, sé que el talento no es suficiente.

 

Quiero decir, que ahora sé que importa mucho más

el trabajo y la perseverancia, que el talento.

Porque importa más el crecimiento que el punto de partida.

 

“Esto es una carrera de fondo”, me decía Sanjaime.

Entonces no lo entendía. Probablemente por eso me rajé.

 

Durante un tiempo, me bloqueé.

De hecho, me tiré tres años no queriendo ir al teatro ni como espectadora.

 

Estaba tan perdida que buscando respuestas para mi me

formé en inteligencia emocional y coaching estratégico.

 

Luego, se unieron los puntos.

 

Y vi claro que eran todo aristas de un mismo triángulo.

Y por fin entendí, ahora sí, que contaba más el trabajo que el talento.

Entendí que significaba eso de la carrera de fondo.

 

La carrera de interpretación lo es.

Montar tu propio negocio lo es.

La vida en sí misma lo es.

 

Siendo profesora para hablar en público aúno todo eso.

Y es por eso que me dejo la piel con mis alumnos.

 

Porque ahora sé que el talento innato puede que ayude,

pero no es definitivo. Ni de coña.

 

Cuenta más el trabajo, la perseverancia, y los recursos que te ofrece aquella persona que te guía.

 

 

Feliz día.

 

Silvia